
“Pero él se retiraba a lugares desiertos, y oraba.”
Lucas 5:16
El poder de quien ora no está en el tiempo que pasa orando ni en las palabras que usa, sino en A quién le ora.
Todo aquel que quiere servir a Dios, orará.
Y todo aquel a quien Dios ha llamado a servir, orará.
Si quieres el favor y el poder de Dios en tu vida, definitivamente orarás.
La oración es más poderosa que un ejército, más efectiva que cualquier sistema computacional y más eficiente que cualquier plan.
Jesús mismo, en medio de su ministerio, nos dio este ejemplo: Él oró.
Que no se te olvide:
La oración conecta al débil con el Todopoderoso.
Es el verdadero secreto de la victoria espiritual.
Si quieres ver a Dios obrar, ora.