

Bendiciones en este dia.
Hoy quiero compartir una reflexión sencilla pero profunda: Dios sigue hablando.
Desde la antigüedad, Dios ha hablado a la humanidad de muchas maneras. Nos habló por medio de los profetas, nos sigue hablando a través de las Sagradas Escrituras y el Espíritu Santo continúa trayendo luz y dirección a nuestros corazones. El Señor se manifiesta también a través de la naturaleza y aun en las circunstancias cotidianas de la vida. Cada día, Dios busca captar nuestra atención de diversas formas, llamándonos siempre a conocerle y obedecer su voluntad.
No obstante, aunque el trono de Dios y su Reino están firmemente establecidos por la eternidad, nuestra vida aquí es tan frágil como la flor del campo: hoy florece, mañana se marchita y desaparece (Salmo 103:15-16). Nuestra existencia es limitada y fugaz; muchas veces, tan ocupados en nuestro propio “reino”, olvidamos por completo el Reino de Dios.
Sin embargo, Cristo sigue diciendo: “El Reino de Dios se ha acercado a vosotros” (Lucas 10:9). Por eso, es vital para el bienestar de nuestra alma prestar atención a su voz, a su Palabra y a su llamado. Como nos exhorta el Espíritu Santo: “Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (Hebreos 3:15).
Hoy, mi invitación pastoral es sencilla: detente, escucha y atiende la voz de Dios. No permitas que las ocupaciones ni las distracciones de la vida te priven del privilegio de oír al Señor y responder a su llamado.
Que el Señor te bendiga y te conceda la sensibilidad para escuchar su voz, seguir su voluntad y disfrutar cada día de su presencia.