1. Ayuno como forma de humildad y dependencia de Dios: En Mateo 6:16-18, Jesús enseña a sus discípulos sobre el ayuno, diciendo que no deben hacerlo para ser vistos por los demás, sino en secreto ante Dios. Esto demuestra que el ayuno no es una práctica para impresionar a otros, sino para demostrar humildad y dependencia de Dios.

2. Ayuno como forma de buscar a Dios: En Joel 2:12, se nos llama a “volvernos a Jehová nuestro Dios” con ayuno, llanto y lamento. Esto nos muestra que el ayuno es una forma de buscar a Dios en tiempos de necesidad, arrepentimiento o búsqueda de dirección. Al negarnos a nosotros mismos y centrarnos en Dios, podemos experimentar una mayor cercanía con Él.

3. Ayuno como forma de fortalecer la fe y vencer tentaciones: En Mateo 4:1-2, Jesús ayunó durante 40 días y noches antes de ser tentado por el diablo en el desierto. Ayunar puede ser una forma de fortalecer nuestra fe y resistir las tentaciones del enemigo. Además, en Marcos 9:29, Jesús dice que ciertos demonios solo pueden ser expulsados mediante oración y ayuno, lo que demuestra que el ayuno puede ser una herramienta poderosa en nuestra lucha espiritual.

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