“Cerca está el Señor de los que oran con sinceridad.” — Salmos 145:18 (RVR1960)

Más allá de lo que la mente humana razona, más allá de lo que el corazón quebrantado siente, hay una verdad firme:
Dios está muy cerca.
Tan cerca como tu voz cuando oras.
Tan cerca como ese suspiro cuando ya no sabes qué decir.

¿Quieres ser feliz de verdad?
¿Deseas alcanzar plenitud, sentido y propósito en la vida?
Entonces habla con Dios. No necesitas más que sinceridad.
Busca un lugar tranquilo.
Toma un cuaderno, tu Biblia, y ora en voz alta:

“Cerca está el Señor de los que oran con sinceridad.”

En Él encontrarás dirección. En Él hallarás descanso.
Cuando vives para Dios, cuando le sirves con el corazón, la vida cobra sentido.

No es tarde. Nunca lo es.
La Biblia está llena de personas como tú:
Niños, jóvenes, adultos, ancianos, agricultores, reyes, obreros, extranjeros, ricos, pobres…
Dios no los eligió por lo que eran, sino porque escucharon su voz y decidieron servirle.

Muchos fallaron. Pero en todos ellos, el poder de Dios fue evidente.
Como Elías, con emociones y pasiones como las tuyas, pero con una fe que activó los cielos.
Como Daniel, fiel en tierra ajena, y aun así lleno de luz.
Y tantos más… hombres y mujeres que simplemente dijeron: “Aquí estoy, Señor”.

Ahora, solo falta tu historia.

Escríbela.
Con fe. Con oración.
Con sinceridad.

Dios está cerca.