Detente
“Estad quietos, y conoced que yo soy Dios.”(Salmos 46:10, RVR1960) En este versículo, Dios no solo nos habla: nos detiene. En medio del bullicio de la vida, de las luchas internas, de las tormentas externas, Él nos ordena algo profundo y espiritual: estar quietos. Pero esta quietud no es pasividad ni resignación. Es una quietud…