Introduccion por Gary Kinnaman

Autor: Históricamente, Lucas

Fecha: Alrededor del año 62 d.C.

Tema: La obra del espíritu santo en la historia temprana del cristianismo

Palabras clave: Jesús, espíritu, resurrección, apóstol, iglesia

Autor

El libro de los Hechos no menciona explícitamente a su autor, pero muchos indicios apuntan hacia Lucas, el «médico amado» (Col 4.14). El autor es la misma persona a quien debemos el tercer Evangelio (1.1, 2), alguien muy cercano a Pablo, como indica el uso del «nosotros» en varios lugares del libro. Se trata de un hombre de cultura, tal cual revela su estilo literario; poseía una visión universal y mostraba interés por los temas médicos. Además, la tradición de la Iglesia unánimemente declara que Lucas fue el autor de los Hechos. En conclusión, el grueso de la evidencia, tanto externa como interna, apoya la tesis anterior.

Fecha

Lucas cuenta la historia de la iglesia primitiva dentro de un conjunto de detalles geográficos, políticos e históricos sólo compatibles con los acontecimientos del siglo I. Por ejemplo, la mención por Lucas de títulos de gobernadores regionales romanos, que únicamente alguien vivo en esos años podría conocer con tanta precisión, sugiere que el libro fue probablemente escrito dentro del período de los acontecimientos que narra. Además, no se hace mención de la caída de Jerusalen en el año 70 d.C., ni de la persecución de los cristianos por Nerón, que comenzó en el año 64 d.C. De ahí que, de acuero con estos hechos, y teniendo en cuenta que el libro no recoge la muerte de Pablo, sino que lo deja como prisionero en Roma, es lógico fechar la redacción de los Hechos cerca del fin de la prisión del apóstol, alrededor del año 62 d.C.

Contenido

Los Hechos es una prolongación del relato de la vida de Cristo en lo Evangelios, y registra la expansión del cristianismo desde Jerusalén a Roma. Se refiere a los comienzos de la «Gran Comisión» de Jesús para hacer discípulos en todas las nciones (Mt 28.18–20; Lc 24.46–49).

Hechos 1.8 es la clave del libro. Este versículo no sólo predice el derramamiento del Espíritu Santo y su poderoso testimonio, sino que las referencias geográficas presentan un simple bosquejo de la narración. En general, Los Hechos refleja la paulatina difusión del cristianismo hacia occidente, desde Palestina hasta Italia. Así, el relato comienza en Jerusalén (caps. 1–7), con Pedro asumiendo el papel principal y los judíos como los que reciben el evangelio.

A continuación de la muerte de Esteban (7.60–8.1), se desató una amplia persecución contra la Iglesia, y loscreyentes se dispersaron, llevando la semilla del evangelio a Samaria y entre los gentiles (caps. 8–12). La conversión de Saulo ocurre durante este período de la historia (cap. 9), un acontecimiento de tanta importancia que Lucas incluye tres largas descripciones del incidente (caps. 9; 22; 26).

La sección más extensa de los Hechos se ocupa del desarrollo y expansión del ministerio entre los gentiles, dirigido por Pablo y sus compañeros (caps. 13–28). Concluye con el arribo de Pablo a Roma, capital del imperio y representativa de «lo último de la tierra». El libro termina de una manera bastante abrupta porque, según todos los indicos, Lucas había actualizado la historia, y ya no había más que escribir.

Propósito

La clave para descubrir el propósito del libro de los Hechos está en el primer versículo, donde Lucas da a entender que es una continuación de su Evangelio. El Evangelio habla de lo que «Jesús comenzó a haciendo y enseñando a través del Espíritu Santo.

Aplicación personal

Los Hechos es un registro del cristianismo practicado bajo el poder del Espíritu Santo. Enseña a los creyentes cómo vivir juntos dentro de una significativa fraternidad cristiana, compartiendo libremente unos con los otros (2.42; 4.32–35).

En sentido inverso, los Hechos también muestra que, inevitablemente, los cristianos tendrán desacuerdos (6.1; 11.1–3; 15.2, 7; 15.36–39), pero que Dios da sabiduría y gracia para superarlos (15.12–22). Aun cuando la iglesia primitiva contaba en su seno con personas de carácter fuerte, de todos modos existía el deseo de escuchar y someterse los unos a los otros (15.6–14).

Probablemente, la característica más prominente de los primeros cristianos fue su poder espiritual. Ellos ayunaban y oraban fervientemente (2.42; 6.4; 13.3), y su fe abrió un cauce al poder milagroso de Dios (3.16). Hechos habla de gente común que hacía cosas extraordinarias. ¡Señales acompañaron a los que creyeron! (véase Mc 16.17, 18).

Cristo revelado

El libro de Hechos registra varios ejemplos de la temprana proclamación apostólica del evangelio de Jesucristo, y el modelo es consistente. Primero, se presenta a Jesús como una figura histórica, un hombre con el poder de realizar señales y milagros (2.22; 10.38). Luego, la muerte de Jesús es atribuida por igual a la iniquidad del hombre y a los propósitos de Dios. Por un lado, los judíos lo crucificaron «por manos de inicuos» (2.23; véase, además, 3.13–15; 4.10; 5.30; 7.52; 10.39; 13.28). Y por el otro, Jesús fue «entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios» (2.23; véase 17.3). Entonces, se destaca la resurrección de Jesús, particularmente como el cumplimiento de una profecía del Antiguo Testamento, y como el reverso divino del veredicto humano sobre Jesús (1.3; 2.24–32; 4.10; 5.30; 10.40, 41; 13.30–37; 17.31). Los apóstoles declaran que Jesús ha sido exaltado a una posición de dominio único y universal (2.33–36; 3.21; 5.31). Desde ese lugar de supremo honor y poder ejecutivo, Jesús ha derramado el Espíritu Santo prometido (2.33), que da testimonio de Cristo (5.32) y llena de poder a los creyentes (1.8). Jesús es «el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos» (10.42) y volverá en triunfo al final de los tiempos (1.11). Mientras tanto, aquellos que crean en Él recibirán el perdón de sus pecados (2.21; 3.19; 4.12; 5.31; 10.43; 13.38, 39) y el «don del Espíritu Santo» (2.38). A aquellos que no crean, les esperan cosas terribles (3.23).

El Espíritu Santo en acción

Lo más impresionante de los Hechos es el poder del Espíritu Santo a través de la Iglesia. El libro ha sido llamado Los Hechos de Espíritu Santo. La obra del Espíritu en los Hechos, sin embargo, no puede ser comprendida sin tomar en cuenta sus nexos con los Evangelios, con los cuales exhibe un vínculo esencial de continuidad. Tanto el ministerio público de Jesús, como el de Iglesia, de acuerdo con el libro de Hechos, comienzan con un encuentro transformador con el Espíritu; ambos son relatos fundamentales sobre las consecuencias de ese acontecimiento.

El poder del Espíritu en la vida de Jesús lo autoriza a predicar el reino de Dios y a demostrar su poder sanando a los enfermos, echando fuera los demonios y liberando a los cautivos (Lc 4.14–19; Mt 4.23). El mismo poder del Espíritu, de acuerdo con el Relato de Hechos 2, entregó similar autoridad a los discípulos. Jesús es el prototipo de la vida llena del poder del Espíritu (10.38). El libro de Hechos es la historia de los discípulos recibiendo lo que Jesús recibió para hacer lo que Jesús hizo.

La terminología de Lucas al describir las experiencias de la gente con el Espíritu Santo en los Hechos es fluida. Está más interesado en trasmitir la dinámica de los acontecimientos que en delinear una teología con las palabras precisas. Habla de que todos fueron «llenos del Espíritu Santo» (2.4; 9.17), «recibían el Espíritu Santo» (8.17), «el Espíritu Santo cayó sobre todos» (10.44), «se derramase el don del Espíritu Santo» (10.45), y «vino sobre ellos el Espíritu Santo» (19.6). Estas cosas equivalen en esencia a la promesa de Jesús de que la Iglesia sería bautizada «con el Espíritu Santo» (1.5; véase especialmente su inmediato cumplimiento en 2.4, que Lucas describe como una llenura).

Tres de estos cinco ejemplos recogen manifestaciones especiales del Espíritu, en las que la gente que allí estaba tuvo una participación activa. Tanto los que estaban presentes el día de Pentecostés, como los gentiles en la casa de Cornelio, hablaron en otras lenguas (2.4; 10.46); los efesios «hablaban en lenguas y profetizaron» (19.6). Aunque no está especificado, se acepta generalmente que también hubo algún tipo de manifestación en la cual participaron los samaritanos, porque, Lucas dice que, «cuando vio Simón que… se daba el Espíritu Santo» (8.18).

Bosquejo del contenido

Prólogo 1.1-14

I. Prefacio 1.1-3

II. La promesa del Espíritu Santo 1.4-8

III. La ascensión de Cristo 1.9-11

IV. La reunión de oración en el Aposento Alto 1.12-14

Primera parte: Pedro y el ministerio de la iglesia judía en Jerusalén 1.15-12.24

I. La selección de Matías como apóstol 1.15-26

II. El derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés 2.1-47

A. El derramamiento del Espíritu 2.1-4

B. La reacción de la multitud 2.5-13

C. El sermón explicativo de Pedro 2.14-39

D. La nueva iglesia después de Pentecostés 2.40-47

III. La sanidad del cojo 3.1-4.31

A. El milagro de sanidad 3.1-10

B. El sermón explicativo de Pedro 3.11-26

C. El arresto de Pedro y Juan 4.1-4

D. La defensa de Pedro ante el Sanedrín 4.5-12

E. La reacción del Sanedrín 4.13-22

F. Acción de gracias por la liberación de los apóstoles 4.23-31

IV. La autoridad apostólica en la iglesia primitiva 4.32-5.42

A. Supervisión de las ofrendas de amor 4.32-37

B. Juicio por un pecado: Ananías y Safira 5.1-11

C. Sanidad y milagros 5.12-16

D. Ineficacia de la oposición 5.17-42

1. Liberación sobrenatural de la prisión 5.17-21

2. La valentía de los apóstoles 5.22-32

3. Consejo de Gamaliel de liberar a los apóstoles 5.33-42

V. El ministerio de Esteban 6.1-7.60

A. Su selección como uno de los siete diáconos 6.1-7

B. Su poder, ministerio y arresto 6.8-15

C. Su defensa ante el Sanedrín 7.1-53

D. Su martirio 7.54-60

VI. El primer ministerio a los no-judíos 8.1-40

A. A los samaritanos (Felipe y Pedro) 8.1-25

B. A los etíopes (Felipe) 8.26-40

VII. La conversión de Sualo 9.1-31

VIII. Eneas y Dorcas sanados a través del ministerio de Pedro 9.32-43

IX. La historia de Cornelio 10.1-11.18

A. Cornelio y su casa vienen a Cristo 10.48

B. Pedro defiende su testimonio a los gentiles

X. El testimonio de la iglesia primitiva 11.19-12.24

A. Pablo y Bernabé en Antioquía 11.19-30

B. Escape milagroso de Pablo de la prisión de Herodes 12.1-24

Segunda parte: Pablo y la proyección internacional de la iglesia de Antioquía 12.25-28.31

I. Primer viaje misionero de Pablo 12.25-14.28

A. La comisión apostólica de Pablo 12.25-13.3

B. Exorcismo en Chipre 13.4-12

C. Predicación y avivamiento en Antioquía de Pisidia 13.13-50

D. Señales y maravillas en Iconio 13.51-14.5

E. Sanidades y apedreamiento en Listra 14.6-20

F. Ministerio de confirmación y regreso a Antioquía 14.21-28

II. Reunión en Jerusalén para discutir asuntos de legalismo y gracia 15.1-35

III. Segundo viaje misionero de Pablo 15.36-18.22

A. Pablo y Bernabé se separan por causa de Marcos 15.36-41

B. Ministerio de confirmación con Timoteo 16.1-5

C. La visión para evangelizar Grecia 16.6-10

D. Bautismo de Lidia en Filipos 16.11-15

E. Prisión en Filipos 16.16-40

F. Alboroto en Tesalónica 17.1-9

G. Recepción de la palabra en Berea 17.10-15

H. Filosofando en Atenas 17.16-34

I. Año y medio en Corinto 18.1-17

J. Regreso a Antioquía 18.18-22

IV. Tercer viaje misionero de Pablo 18.23-21.14

A. Ministerio, milagros y disturbios en Éfeso 18.23-19.41

B. Viajes en Grecia 20.1-6

C. Sermón nocturno de Pablo en Troas 20.7-12

D. De Troas a Mileto, y la despedida de Pablo ante los ancianos de Éfeso 20.13-38

E. Pablo es advertido sobre ir a Jerusalén en Tiro y por Agabo en Cesarea 21.1-14

V. Viaje de Pablo a Roma a través de Jerusalén 21.15-28.31

A. Pablo regresa a Jerusalén 21.15-23.35

1. Regreso y arresto de Pablo 21.15-36

2. Defensa de Pablo ante la turba en Jerusalén 21.37-22.29

3. Defensa de Pablo ante el Sanedrín 22.30-23.10

4. Complot para matar a Pablo 23.11-35

B. Defensa de Pablo ante Félix 24.1-27

C. Defensa de Pablo ante Festo y Agripa 25.1-26.32

D. Viaje a Roma 27.1-28.31

Gary Kinnaman, maestría en artes, Pastor, Iglesia de la Palabra de Gracia, Mesa, AZ

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