En tiempos de enfermedad o dificultades de salud, es común buscar soluciones en la medicina y la ciencia. Sin embargo, la biblia nos enseña que también debemos buscar la sanidad en Dios.
En el Salmo 103:3 leemos “El es quien perdona todas tus iniquidades, El quien sana todas tus dolencias”. Esto nos muestra que Dios no solo tiene poder para sanar nuestro cuerpo, sino también para perdonar nuestros pecados.
En Jeremías 30:17 Dios promete: “Pero yo te devolveré la salud y sanaré tus heridas, yo soy el Señor tu Dios”. Esta promesa nos recuerda que Dios es un Dios de sanidad y que podemos acudir a Él en busca de restauración y curación.
Además, en Santiago 5:14-15 se nos exhorta a acudir a los líderes de la iglesia para orar y ungir a los enfermos en el nombre del Señor, para que sean sanados. Este pasaje nos muestra que la oración y la fe en Dios pueden ser herramientas poderosas para buscar la sanidad.
En resumen, la biblia nos enseña que debemos buscar la sanidad en Dios, confiando en su poder y amor para restaurarnos y sanarnos. Recordemos que Él es el Dios de todo consuelo y que siempre está dispuesto a escuchar nuestras oraciones y proveer la sanidad que necesitamos.