Según la Biblia, en Efesios 2:8-9 se nos enseña que somos salvos por medio de la fe y no por nuestras propias obras. Esto significa que nuestra salvación no depende de nuestras acciones o méritos, sino de nuestra creencia en Jesús como nuestro Salvador.

La fe es un regalo de Dios y es a través de ella que podemos recibir el perdón de nuestros pecados y la vida eterna. No importa cuán buenos o malos hayamos sido, todos somos iguales ante los ojos de Dios y solo a través de la fe en Jesús podemos ser salvos.

Esta verdad es una muestra del amor y la gracia de Dios, que nos ofrece la salvación de manera gratuita, sin requerir nada a cambio. Sin embargo, esto no significa que nuestras acciones no importen, sino que nuestra fe en Jesús debe llevarnos a vivir una vida en obediencia y amor hacia Dios y hacia los demás.

En resumen, somos salvos por fe gracias a la obra redentora de Jesús en la cruz. Nuestra fe en Él nos da la certeza de la vida eterna y nos motiva a vivir una vida conforme a Su voluntad. Por lo tanto, pongamos nuestra confianza en Él y dejemos que nuestra fe nos guíe en todo momento.

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