Jack W. Hayford con gary Matsdorf
La importancia del Espíritu en la vida de Jesús se advierte por el hecho de que este último comienza su ministerio público con la recepción del primero (Mt 3.13–17). Lucas describe a Jesús como «lleno del Espíritu Santo» (4.1) y ministrando «en el poder del Espíritu» (4.14). Jesús mismo le atribuye el dinamismo de su ministerio (Mt 12.28), un dinamismo que El trasmite directamente a sus discípulos principales al soplar sobre ellos y decir: «Recibid el Espíritu Santo» (Jn 20.22). Esto no es sino el comienzo de lo que Juan el Bautista profetizó cuando dijo que Jesús «os bautizará con Espíritu Santo» (Mc 1.8).
¿Quién es esta Persona que llenó de poder a Jesús y fue dado luego a sus seguidores? ¿Cuáles son sus atributos específicos? ¿Por qué lo llamó Jesús «otro» Consolador (Jn 14.16)? ¿Cuál es su relación personal con los creyentes? Nuestra primera lección explorará la Persona del Espíritu Santo y nuestra relación personal con El. También aclarará cierta terminología bíblica mal entendida, con frecuencia, acerca del bautismo del Espíritu Santo, básica para el resto de nuestro estudio. ¡Exploremos juntos!
Justo antes de su crucifixión, Jesús sintió una tremenda preocupación por el bienestar de sus discípulos y la futura iglesia. «No se turbe vuestro corazón» (Jn 14.1) fueron sus palabras de consuelo, seguidas de la siguiente promesa: «Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros siempre» (v. 16).
La hermosura de esta promesa se hace patente cuando comprendemos el significado de la palabra griega traducida como «otro».
Otro, allos. Alguien que está junto a uno, otro de la misma clase. La palabra alude a similitudes, pero también pone de manifiesto diversidad de funciones y ministerios. El uso que Jesús hace de allos para referirse a otro Consolador equivale a «uno junto a mí, además de mí y en adición a mí, aunque exactamente igual a mí, que en mi ausencia hará lo que yo haría si estuviera físicamente presente con ustedes». La venida del Espíritu asegura la continuidad de lo que Jesús hizo y enseñó.2 «¡Continuidad de lo que Jesús hacía y enseñaba!» Con razón Lucas presenta el libro de Los Hechos como una continuación, por medio de la plenitud del Espíritu Santo, «de todo lo que Jesús comenzó a hacer y a enseñar (Hch 1.1). En Juan 14 Jesús continúa destacando algunos de los conceptos más valiosos acerca del Espíritu Santo, que son de ayuda para una mayor comprensión de Él. Sigámoslo.
Consolador, parakietos. De para, «junto a», y kaleo «llamar»; de ahí surge el concepto: Llamado a estar a nuestro lado. La palabra identifica a un intercesor, confortador, ayudador, abogado, consejero. En la literatura no bíblica, parakietos designaba a un abogado que acude a la corte en representación del otro. El Espíritu Santo guía a los creyentes a una mayor comprensión de las verdades del evangelio. Además de una ayuda y una guía, da la fortaleza para soportar la hostilidad de los sistemas humanos.
LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO (Hechos 2.4) | |
En el principio• Presente y activo en la creación, moviéndose sobre el caos (Gn 1.2) | |
En el Antiguo Testamento• El origen de poderes sobrenaturales (Gn 41.38)• El dador de las habilidades artística (Éx 31.2–5)• La fuente de fuerza y poder (Jue 3.9, 10)• La inspiración de la profecía (1 S 19.20, 23)• El mediador del mensaje de Dios (Miq 3.8) | |
Profecía en el Antiguo Testamento• La limpieza del corazón para una vida en santidad (Ez 36.25–29) | El Nuevo Testamento ve en el Espíritu Santo a aquel que da testimonia de que el Cristo resucitado mora en los creyentes. |
En la salvación• Nos convence al creyente (Tit 3.5)• Regenera al creyente (Tit 3.5)• Santifica al creyente (2 Ts 2.13)• Mora en la vida creyente (Jn 14.17; Ro 8.9–11) | |
En el Nuevo Testamento• Enseña la verdad espiritual (Jn 14.26; 16, 13; 1 Co 2.13–15)• Glorifica a Cristo (Jn 16.14)• Derrama su poder sobre quien proclama el evangelio (Hch 1.8)• Llena a los creyentes (Hch 2.4)• Derrama el poder de Dios en el corazón (Ro 5.5)• Hace posible que los creyentes anden en santidad (Ro 8.1–8; Gl 5.16–25)• Intercede por los pecado res (Ro 8.26)• Imparte los dones del ministerio (1 Co 12.4–11)• Fortalece el ser interior (Ef 3.16). | |
En la Palabra escrita• Inspiró las Sagradas Escrituras (2 Ti 3.16; 2 P 1.21) |
En 1 Corintios 12.13 Pablo escribe que «por un sólo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo». Con referencia a este versículo, dice Don Pickerill: «La fórmula gramatical griega que se usa aquí es similar a la de otros pasajes que hablan de ser “bautizados con el Espíritu Santo” (véanse Mt 3.11; Mc 1.8; Lc 3.16; Jn 1.33; Hch 1.5; 11.16). Mientras que el bautismo del Espíritu alude a una realidad primaria para los creyentes, Pablo sigue recomendando la experiencia de llenarse del Espíritu (Ef 5.18) lo cual incluye las manifestaciones» enumeradas en 1 Corintios 12.8–11.
En otras palabras, básicamente, el bautismo del Espíritu Santo significa convertirse, ser incorporado al cuerpo de Cristo. «Debería entenderse que por “bautismo en el Espíritu Santo” el carismático o pentecostal tradicional no se refiere a ese bautismo del Espíritu que se produce en la conversión, por medio del cual el creyente es incorporado al cuerpo de Cristo por la fe en su obra redentora en la cruz».
El Pueblo Del Espiritu : Dones, Fruto Y Plenitud Del Espiritu Santo
Hayford, Jack W