La oración intercesora es una de las formas más poderosas de comunicarnos con Dios y de demostrar nuestro amor y preocupación por los demás. Esta práctica consiste en orar por las necesidades y situaciones de otras personas, para que Dios intervenga en sus vidas y les brinde su ayuda y su amor.

La Biblia nos enseña en 1 Timoteo 2:1 que debemos orar por todos los hombres y hacer peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por ellos. También en Santiago 5:16 nos anima a orar unos por otros, para que seamos sanados.

Un ejemplo de oración intercesora en la Biblia se encuentra en el libro de Job, cuando Dios le pide a Job que ore por sus amigos para que él los perdone y restaure su amistad. En este pasaje vemos cómo la oración de un justo puede tener un gran impacto en la vida de otros.

La oración intercesora no solo beneficia a aquellos por quienes oramos, sino que también nos acerca más a Dios y nos permite ser un canal de su amor y su poder en la vida de otros. Además, nos ayuda a desarrollar un corazón compasivo y a ser más sensibles a las necesidades de aquellos que nos rodean.

Por lo tanto, no subestimemos el poder de la oración intercesora. Sigamos el ejemplo de Jesús, quien intercedía por sus discípulos y por toda la humanidad. Oremos unos por otros y seamos instrumentos de amor y esperanza en un mundo que tanto lo necesita.

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