“Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.”
Mateo 11:28, NVI

Este versículo no es simplemente un cliché evangélico o una frase bonita para calmar la conciencia. Es una verdad viva, poderosa y comprobable. Es la voz de Jesús, el Hijo de Dios, extendiendo una invitación real y vigente para cada alma que vive bajo el peso del cansancio, la ansiedad o el vacío.

Quizás lo has intentado todo: relaciones, trabajo, logros, placeres, redes sociales… y aún así tu alma no encuentra paz. La rutina diaria, el estrés constante y el caos del mundo moderno van apagando lentamente tu esperanza. Incluso la fe que alguna vez fue fuerte, hoy parece desvanecerse entre dudas y cargas internas.

Jesús no ha dejado de hablar. A través del Espíritu Santo, su invitación sigue siendo clara y personal:

“Acércate… y descansa en mí.”

No es una religión lo que te ofrece. Es descanso real. Es paz para el alma. Es consuelo profundo. Es un nuevo comienzo desde su gracia, no desde tus fuerzas. Hoy, más que nunca, esta invitación de Jesús es urgente y transformadora. Puedes acercarte a Él, sin miedo, sin máscaras, sin requisitos religiosos. Él te espera con brazos abiertos en el trono de la gracia.


Ora con fe

Señor Jesús, estoy cansado y mi alma necesita descanso. He buscado alivio en muchas cosas, pero ninguna ha llenado mi corazón. Hoy escucho tu voz y decido acercarme. Recibo tu descanso, tu paz y tu amor. Gracias por invitarme a tu presencia. Amén.

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